A que categoría de lesión pertenece fibromialgia

Avances recientes en la fibromialgia

IntroducciónLos profesionales de varios ámbitos informan de un aumento de los pacientes que presentan síntomas cognitivos no demenciales en los últimos años.1-3 En particular, entre el 5% y el 32% de los adultos jóvenes sanos experimentan una serie de síntomas cognitivos benignos.4 Se ha propuesto el término trastorno cognitivo funcional (TFC) (o trastorno de la memoria funcional) para describir la experiencia subjetiva de la disfunción cognitiva en ausencia de una patología cerebral subyacente.5 -8 Al igual que la práctica histórica de otros trastornos neurológicos funcionales (TFN), el enfoque de los especialistas en cognición hacia el TFN ha sido, en gran medida, el de “descartar” las causas orgánicas, en lugar de hacer un diagnóstico afirmativo sobre la base de las características clínicas distintivas.9

Los síntomas típicos de los TDC incluyen el olvido de tareas mientras se preparan para ejecutarlas, la incapacidad de recuperar recuerdos sobreaprendidos, la alteración del flujo de pensamientos y conversaciones, los fallos de la memoria prospectiva y el despiste.5 6 9 Se cree que estos agobiantes síntomas se producen en ausencia de déficits objetivos relevantes en la evaluación neuropsicológica, es decir, una discrepancia entre la experiencia subjetiva y el rendimiento objetivo, que es una característica canónica de los TDC.8 10 Sin embargo, no se han comunicado datos neuropsicológicos sobre grandes cohortes de pacientes con TDC. El DCF no es un trastorno trivial, ya que muchos pacientes siguen experimentando síntomas cognitivos angustiosos durante meses o años.8

Patogénesis de la fibromialgia

Aunque el dolor es el síntoma principal de la FMS, los síntomas no dolorosos también pueden afectar a la calidad de vida de los pacientes. Reconocer esos síntomas puede ser difícil en ausencia de otras enfermedades orgánicas aparentes. Esto hace que el FMS sea un verdadero reto para los médicos y los profesionales de la salud.

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Informamos del primer caso de remisión controlada de los síntomas en el FMS, siguiendo un novedoso enfoque metabólico. El protocolo terapéutico consiste en una dieta estricta, centrada en la retirada de componentes alimentarios que puedan interferir en la absorción de l-triptófano (Trp), precursor de la 5-HT (11).

Los antecedentes de la paciente, relevantes a posteriori para el diagnóstico diferencial del FMS, incluyen síndrome de intestino irritable-estreñimiento (SII-c), distensión abdominal, dismenorrea experimentada desde la adolescencia, fenómeno de Raynaud, contracturas del trapecio, calambres en las piernas y en los pies, especialmente por la noche o al despertarse por la mañana.

La aparición del dolor lumbar, las piernas inquietas y la rigidez matutina se produjo pocos meses después de una intervención quirúrgica. Los síntomas se describieron primero como de gravedad leve, especialmente en lo que respecta al dolor, y erráticos. Un año después, el dolor lumbar y el dolor de cadera obligaron a la paciente a guardar cama. El médico de atención primaria le recetó antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, ibuprofeno) y relajantes musculares (por ejemplo, tiocolchicósido), con efectos leves. La resonancia magnética y las radiografías revelaron una hernia discal lumbar y ninguna lesión o anomalía en las caderas. Un año más tarde, durante el descenso de las temperaturas otoñales, se produjo un nuevo episodio de dolor lumbar y rigidez que obligó a la paciente a guardar reposo en cama durante más de dos semanas. El tratamiento anterior no fue eficaz y los corticoides (prednisona) no produjeron un alivio apreciable. El dolor se alivió en parte con gabapentina, pero sólo con una dinámica lenta y con efectos colaterales de pensamientos suicidas y confusión mental.

Causas de la fibromialgia

El síndrome de fibromialgia es un trastorno de dolor crónico complejo que afecta a entre el 0,25 y el 5% de la población mundial, siendo más frecuente en mujeres que en hombres,[4] aunque esta prevalencia de género está siendo revisada debido a posibles sesgos de género en los datos epidemiológicos.[5][6] El dolor musculoesquelético generalizado y persistente se acompaña en la fibromialgia de diferentes síntomas como fatiga, insomnio, rigidez matutina, depresión, ansiedad y alteraciones cognitivas (es decir, 7][8][9][10][11] Se ha observado una elevada comorbilidad entre la fibromialgia y la artritis reumatoide,[12] el lupus eritematoso sistémico,[13] la espondilitis anquilosante,[14] y la migraña crónica[15] Además, la fibromialgia también se asocia a comorbilidades emocionales como la ansiedad y la depresión[4][16].

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El origen del término “fibromialgia” proviene del latín “fibro”, que significa tejido fibroso; del griego “mio”, que significa músculo y “algia”, dolor. La fibromialgia comenzó a estudiarse a partir del siglo XVI y recibió diferentes nombres a lo largo de su desarrollo histórico, como reumatismo muscular, fibrositis, fibromiopatía, reumatismo psicógeno, miofibrositis intersticial, miastenia o neurastenia[17][18][19][20][21][22] Ver algunos detalles en la Figura 2.

Revisión de la fibromialgia

La endometriosis suele aparecer durante el periodo reproductivo de la mujer y supone una carga importante para la calidad de vida y los costes sociales. La prevalencia estimada en mujeres premenopáusicas es del 10% en los estudios clínicos y la frecuencia se eleva al 50% en pacientes sintomáticas con dolor pélvico e infertilidad. Los estudios observacionales realizados en Europa estiman que la prevalencia es de 8 a 15 por cada 1000 personas.

La fibromialgia es una afección dolorosa crónica musculoesquelética común que puede ir acompañada de deterioro cognitivo, síntomas somáticos, fatiga y síntomas psiquiátricos. La frecuencia en la población es de 20-80 por cada 1000 personas. La fibromialgia se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres de entre 20 y 55 años; la prevalencia aumenta con la edad y se asocia a una mayor prevalencia de comorbilidades, incluidos los trastornos endocrinos y genitourinarios. La coexistencia de la endometriosis y la fibromialgia es una entidad especial que aún no se ha esclarecido en detalle.

Aunque se sabe poco sobre las causas de la endometriosis, se ha informado de que las mujeres con endometriosis tienen una alta tasa de comorbilidad con otros síndromes de dolor crónico asociados a cambios periféricos y centrales en el procesamiento del dolor, como la fibromialgia, las migrañas, la enfermedad inflamatoria intestinal y el síndrome de vejiga dolorosa. Más tarde, varios estudios realizados en diferentes años demostraron que el fenómeno de sensibilidad entre órganos, definido como la propagación de entradas nocivas (productos de la inflamación, mediadores, patógenos, etc.) de un órgano visceral enfermo a un órgano normal, comorbilidades que incluyen el SII, la EII, la cistitis intersticial y los trastornos de dolor pélvico crónico son comunes. Por lo tanto, se ha sugerido que las pacientes con endometriosis pueden tener un mayor riesgo de desarrollar estas enfermedades crónicas. Los resultados de otro estudio no concuerdan con los estudios que apoyan la coexistencia de la endometriosis y la fibromialgia.

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