Causa de la lesion osteocondral de astragalo

¿Se curan las lesiones osteocondrales?

La articulación del tobillo está compuesta por la parte inferior del hueso de la tibia (espinilla) y la parte superior del hueso del astrágalo (tobillo). La parte superior del astrágalo tiene forma de cúpula y está completamente cubierta de cartílago, un tejido duro y gomoso que permite que el tobillo se mueva con suavidad. Una lesión de la cúpula del astrágalo es una lesión del cartílago y del hueso subyacente del astrágalo dentro de la articulación del tobillo. También se denomina defecto osteocondral (OCD) o lesión osteocondral del astrágalo (OLT). “Osteo” significa hueso y “condral” se refiere al cartílago.

Las lesiones de la cúpula del astrágalo suelen estar causadas por una lesión, como un esguince de tobillo. Si el cartílago no se cura correctamente tras la lesión, se ablanda y empieza a romperse. A veces, un trozo roto del cartílago y el hueso dañados flota en el tobillo.

Una lesión de la cúpula del astrágalo puede ser difícil de diagnosticar porque el lugar exacto del dolor puede ser difícil de localizar. Para diagnosticar esta lesión, el cirujano de pie y tobillo interrogará al paciente sobre una lesión reciente o anterior y examinará el pie y el tobillo, moviendo la articulación del tobillo para ayudar a determinar si hay dolor, chasquidos o limitación del movimiento en esa articulación.

Tiempo de recuperación de la cirugía de la lesión osteocondral del tobillo

El tratamiento de los defectos osteocondrales focales sintomáticos del astrágalo ha experimentado una espectacular evolución en la última década. El tratamiento de las lesiones osteocondrales sintomáticas del astrágalo (OLT) es un reto dado el escaso potencial de curación del cartílago articular. El tratamiento quirúrgico estándar de las lesiones crónicas sigue siendo el desbridamiento del OLT en combinación con métodos de reclutamiento de células madre mesenquimales para que se diferencien dentro del defecto (perforación frente a microfractura). Los resultados a medio y largo plazo de estas técnicas son favorables.1-3

El desbridamiento y la perforación o la microfractura no consiguen restaurar la superficie natural del cartílago articular, sino que rellenan el vacío con fibrocartílago. El fibrocartílago es menos duradero que el cartílago hialino fisiológico adyacente y tiende a degenerar con el estrés mecánico. En las lesiones de menor diámetro (10 mm o menos), es probable que esto se tolere bien, ya que los síntomas mecánicos del pinzamiento de la pequeña lesión se alivian con el desbridamiento, y existe suficiente cartílago hialino circundante para proporcionar soporte mecánico. Por el contrario, los defectos osteocondrales de mayor tamaño (más de 10 mm) rellenos de fibrocartílago pueden proporcionar un soporte mecánico inadecuado y pueden distorsionar las propiedades viscoelásticas naturales de la cúpula del astrágalo. Pueden observarse pequeñas lesiones osteocondrales agudas no desplazadas en la cúpula del astrágalo, que suelen extirparse si están desplazadas. Las lesiones osteocondrales agudas de mayor tamaño probablemente se traten mejor con fijación interna, sobre todo si están desplazadas. Con frecuencia, las lesiones agudas no se detectan inicialmente, por lo que se tratan como lesiones crónicas.

Lesión osteocondral de tobillo

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Una lesión osteocondral del astrágalo (OLT) es una zona de cartílago y hueso anormal y dañada en la parte superior del hueso del astrágalo (el hueso inferior de la articulación del tobillo). Esta afección también se conoce como osteocondritis disecante (OCD) del astrágalo o lesión osteocondral del astrágalo (OCL). Suele estar asociada a una lesión traumática, como un esguince grave de tobillo. Sin embargo, también puede producirse por una sobrecarga crónica debida a una mala alineación o inestabilidad de la articulación del tobillo.

Muchos pacientes con TOL del tobillo son asintomáticos (sin dolor ni hinchazón). Los OLT pueden ser un hallazgo incidental en una RMN solicitada para evaluar otro problema. Sin embargo, si la lesión es lo suficientemente grande, o el cartílago subyacente está desplazado, los TOL del astrágalo pueden ser bastante sintomáticos. Estos síntomas pueden incluir dolor localizado en el tobillo, así como molestias en la parte interna (OLT medial del astrágalo) o externa (OLT anterolateral del astrágalo) del tobillo. El dolor suele empeorar con las actividades, especialmente al correr, caminar y saltar. También pueden quejarse de síntomas mecánicos, como chasquidos y chasquidos causados por un fragmento suelto de cartílago y/o hueso asociado al MEE.

Lesión osteocondral del astrágalo

DescripciónLa artrosis de tobillo se produce con mayor frecuencia tras una lesión traumática importante del tobillo. Una fractura de pilón puede causar artrosis de la articulación tibiotalar (del tobillo); una fractura deprimida del calcáneo puede causar artritis subtalar.  La artrosis también se observa después de lesiones menos graves, especialmente si esas lesiones causan una mala alineación. A diferencia de la rodilla y la cadera, la articulación del tobillo es un lugar relativamente infrecuente para el desarrollo de la artrosis primaria.  La artrosis de tobillo también se trata con métodos que no se utilizarían en la rodilla o la cadera, ya que la pérdida de movimiento para limitar el dolor se tolera mejor en el tobillo y el retropié. Por lo tanto, el uso de ortesis y (en casos más extremos) la fusión quirúrgica es un método de tratamiento habitual, aunque también se utilizan métodos quirúrgicos para restaurar pequeños defectos de cartílago o para preservar el movimiento mediante la sustitución de la articulación.

Estructura y funciónLa articulación del tobillo (articulación talocrural o tibiotalar) se forma entre la tibia y el peroné distales y el astrágalo proximal (Figura 1). La cúpula superior del astrágalo tiene tres superficies de articulación -medial, central y lateral- que se articulan con el maléolo medial, el platillo tibial y el maléolo lateral, respectivamente. Estas articulaciones proporcionan estabilidad ósea a la articulación del tobillo cuando está en posición neutra o de dorsiflexión. En plantarflexión, la articulación del tobillo tiene un contacto óseo considerablemente menor, y en esa posición depende más de los ligamentos circundantes para proporcionar estabilidad.

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