Radiopatía de pequeños vasos
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Reimpresiones y permisosAcerca de este artículoCite este artículovan Norden, A.G., de Laat, K.F., Gons, R.A. et al. Causas y consecuencias de la enfermedad cerebral de pequeños vasos. The RUN DMC study: a prospective cohort study. Justificación y protocolo del estudio.
BMC Neurol 11, 29 (2011). https://doi.org/10.1186/1471-2377-11-29Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
Tratamiento de enfermedades de pequeños vasos
Antecedentes y objetivo: No se ha determinado la asociación de las anomalías microvasculares de la retina con la carga total de la enfermedad cerebral de pequeños vasos (ECVc) encontrada en la RM cerebral. En el presente estudio, examinamos si la puntuación de la retinopatía podía predecir la carga total de la EVC en pacientes con ictus isquémico/ataque isquémico transitorio (AIT). Una herramienta diagnóstica sencilla y práctica puede ayudar a identificar a los candidatos para el cribado por RM.
Métodos: Recogimos consecutivamente los datos clínicos, incluyendo la fotografía de la retina y la resonancia magnética cerebral de los pacientes con ictus isquémico / AIT desde agosto de 2016 hasta agosto de 2017 en nuestro centro de ictus. La puntuación de la retinopatía se evaluó mediante el sistema de clasificación de Keith-Wagener-Barker para analizar las anomalías microvasculares de la retina. Para evaluar la carga total de cSVD, se evaluó la puntuación total de cSVD otorgando un punto por la presencia de cada marcador de cSVD en la RM. Se analizaron las características clínicas y la puntuación de la retinopatía en todos los pacientes para cada puntuación total de cSVD. Se analizó la asociación entre la puntuación de la retinopatía y la puntuación total de la ECVc.
Enfermedad microvascular coronaria
Hace unos años, mientras dirigía un taller de prevención de caídas, mencioné que los problemas de marcha y equilibrio de una persona mayor bien podrían estar relacionados con la presencia de “cambios isquémicos de pequeños vasos” en el cerebro, que son muy comunes en los adultos mayores.
Esto provocó una avalancha inmediata de preguntas de seguimiento. La gente quería saber qué son exactamente estos cambios. ¿Suceden a todos los adultos mayores? ¿Y cómo pueden ayudar mejor a sus padres con el deterioro cognitivo?
Bueno, no les ocurre a todas las personas mayores, pero sí a la gran mayoría. De hecho, un estudio sobre adultos mayores de entre 60 y 90 años descubrió que el 95% de ellos mostraba signos de estos cambios en la resonancia magnética cerebral.
Ahora bien, quizá el mejor término técnico para lo que me refiero es “enfermedad de los vasos pequeños cerebrales”. Pero la comunidad médica utiliza muchos otros sinónimos, especialmente en los informes radiológicos. Entre ellos están:
La enfermedad de pequeños vasos cerebrales (SVD) es un término general que abarca una variedad de anormalidades relacionadas con los pequeños vasos sanguíneos del cerebro. Dado que la mayor parte del tejido cerebral aparece de color blanco en las resonancias magnéticas, estas anomalías se denominaban históricamente “cambios en la materia blanca”.
Enfermedad isquémica
Las anomalías en la circulación coronaria no se limitan a las arterias epicárdicas e incluyen enfermedades del vaso distal y de la microcirculación.1 La disfunción microvascular coronaria (DMC) se utiliza para describir este espectro de anomalías estructurales y funcionales en la microcirculación coronaria, que conducen a una alteración del flujo sanguíneo coronario que provoca isquemia miocárdica y angina de pecho.
La DMC se reconoce cada vez más en varias enfermedades cardiovasculares, como la isquemia con enfermedad coronaria no obstructiva (INOCA), el infarto de miocardio sin EAC obstructiva (MINOCA), la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada y el síndrome de Takotsubo. Sin embargo, también es frecuente en pacientes con enfermedad coronaria epicárdica, incluidos aquellos con un IM y angina refractaria a pesar de una ICP exitosa.1
La aterosclerosis, que puede preceder durante mucho tiempo al desarrollo de la enfermedad coronaria obstructiva (EAC), afecta a la actividad endotelial y vasomotora de la circulación arterial coronaria proximal y distal mediante la liberación crónica de múltiples moléculas vasoactivas y aterogénicas.2 Esto, a su vez, da lugar a una DMC caracterizada por una disfunción microvascular dependiente y no dependiente del endotelio y una disfunción vasomotora coronaria.