Jugadores de voleibol lesionados de cruzado anterior

Voleibol (Rehabilitación del LCA específica para el deporte)

De todas las lesiones de las extremidades inferiores, el LCA es la que la mayoría de la gente conoce y la que tiene la rehabilitación más larga (tiempo fuera de la cancha o del campo), la que más cuesta en dólares de atención médica y la que tiene el impacto más largo a largo plazo para la salud futura de las articulaciones, el rendimiento y la calidad de vida en años posteriores.

Algunos estudios indican que 1 de cada 4 atletas jóvenes que se rompen el LCA sufrirá otra lesión del LCA en algún momento de su carrera deportiva3.    En un estudio reciente, los autores analizaron la capacidad de las atletas juveniles para volver a jugar después de un LCA.4 El estudio tuvo un seguimiento de 1 a 2 años y mostró que la mayoría de las atletas pudieron volver a jugar.

Sin embargo, la mayoría tenía un mayor nivel de dolor de rodilla, síntomas y una menor función de la rodilla en el deporte y una menor calidad de vida.    Por lo tanto, aunque pudieron volver a jugar, no pudieron rendir al mismo nivel, tenían dolor cuando rendían y su calidad de vida fuera del campo/cancha era mucho menor.

Un estudio similar descubrió que, aunque el 83% de los deportistas vuelven a jugar, sólo el 53% recupera el nivel de rendimiento anterior a la lesión5 De ellos, el 28% acaba sufriendo una lesión del LCA contralateral (en el lado opuesto).

Desgarro del LCA (lesión deportiva)

Se trata de un estudio observacional prospectivo de 240 pacientes con lesiones de LCA y/o menisco sometidos a tratamiento quirúrgico. Se registraron los datos de los pacientes y la modalidad deportiva, así como la puntuación de Tegner en la primera evaluación clínica. Los pacientes se dividieron en tres grupos: (1) rotura aislada del LCA; (2) lesión del LCA asociada a lesión meniscal; (3) lesión aislada de meniscos.

La mayoría de los pacientes pertenecía al grupo 1 (44,58%), seguido del grupo 2 (30,2%) y 3 (25%). La mayoría de los pacientes eran jugadores de fútbol. El tiempo medio desde la práctica deportiva hasta la lesión en el grupo 1 fue de 17,81 años. En el grupo 2, fue de 17,3 años, y en el grupo 3, de 26,91 años. Los atletas de fútbol presentaron una lesión del LCA en 0,523/1000 h de práctica y una lesión meniscal en 0,448/1000 h de práctica. Antes de la lesión, la puntuación media de Tegner obtenida para los grupos 1, 2 y 3 fue de 7,18, 7,34 y 6,53, respectivamente. Después de la lesión de rodilla, esos valores fueron 3,07, 3,18 y 2,87, respectivamente.

El fútbol fue el deporte que causó la mayoría de las lesiones, independientemente del grupo. Además, los pacientes de los grupos 1 y 2 tenían menos tiempo de práctica antes de la lesión (17,81 y 17,3 años) que los pacientes del grupo 3 (26,91 años). Las mujeres presentaron un mayor riesgo de desarrollar lesiones del LCA y del menisco en 1000 h de juego/práctica. La carrera, el voleibol y la halterofilia están en orden ascendente de riesgo de lesión del LCA y/o menisco. En cuanto a la vuelta a la práctica deportiva, la eficiencia de todos los atletas se vio afectada por la lesión.

¿Cuáles son las lesiones más comunes en el voleibol? | Kevin Eerkes

Los autores informan de una serie de 52 casos de lesiones graves de los ligamentos de la rodilla en jugadores de voleibol. El mecanismo de lesión más frecuente fue el aterrizaje de un salto en la zona de ataque. Las mujeres se vieron más afectadas que los hombres. Las lesiones fueron más frecuentes durante los partidos que durante los entrenamientos. Así pues, el voleibol debe considerarse entre los deportes de alto riesgo según la frecuencia y la gravedad de nuestros hallazgos quirúrgicos. Los resultados son similares a los obtenidos en atletas de otros deportes que se sometieron al mismo procedimiento quirúrgico.

MADDIE MADAYAG SUFRE UNA LESIÓN EN EL ACL

Desde los desplazamientos y los cortes hasta los saltos y las zambullidas, las posibilidades de sufrir lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) se multiplican en cada lance del voleibol. Un traumatismo del LCA puede dejar fuera de juego a los jugadores entre siete y nueve meses, lo que significa que un solo accidente puede costarles toda una temporada. Por lo tanto, las prácticas, ejercicios y rutinas de prevención de lesiones del LCA son fundamentales para mantener a los atletas de voleibol seguros en la cancha y en la arena.

Hay múltiples movimientos que pueden causar potencialmente desgarros parciales o totales del LCA: cambiar rápidamente de dirección, aterrizar en ángulo o inclinarse rápidamente hacia el lado contrario. En el momento de la lesión, los atletas suelen sentir una sensación de “chasquido” junto con un dolor inmediato e intenso en la rodilla. Aunque el riesgo de este tipo de lesiones es claramente frecuente en el voleibol, los siguientes factores pueden afectar aún más a la probabilidad de que un deportista sufra una lesión del LCA:

Las lesiones del LCA pueden variar en gravedad, desde un daño leve en el ligamento hasta desgarros completos, lo que significa que las opciones de tratamiento pueden ir desde medidas conservadoras -descansar, estabilizar la rodilla y trabajar con una rutina de fisioterapia- hasta la reconstrucción completa. Afortunadamente, la mayoría de las reparaciones del LCA pueden realizarse ahora por artroscopia. La artroscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo en el que pequeñas incisiones permiten a los cirujanos injertar el ligamento y reparar la rotura parcial o total.

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