Lesion en lobulo frontal y parietal hemisferio derecho

Lóbulo occipital

Cada lado del cerebro contiene cuatro lóbulos. El lóbulo frontal es importante para las funciones cognitivas y el control del movimiento o la actividad voluntaria. El lóbulo parietal procesa la información sobre la temperatura, el gusto, el tacto y el movimiento, mientras que el lóbulo occipital es el principal responsable de la visión. El lóbulo temporal procesa los recuerdos, integrándolos con las sensaciones del gusto, el sonido, la vista y el tacto.

Las crisis del lóbulo frontal son una forma común de epilepsia, un trastorno neurológico en el que grupos de células cerebrales envían señales anormales y provocan crisis. Este tipo de convulsiones se originan en la parte frontal del cerebro.

Como el lóbulo frontal es grande y tiene funciones importantes, las convulsiones del lóbulo frontal pueden producir síntomas inusuales que pueden parecer relacionados con problemas psiquiátricos o con un trastorno del sueño. A menudo se producen durante el sueño.

Los medicamentos suelen controlar las crisis del lóbulo frontal, pero la cirugía o un dispositivo de estimulación eléctrica pueden ser opciones si los fármacos antiepilépticos no son eficaces.Productos y ServiciosMostrar más productos de Mayo Clinic

¿Qué provoca un daño en el hemisferio derecho del lóbulo parietal?

Los daños en el lóbulo parietal derecho pueden dar lugar a la desatención de una parte del cuerpo o del espacio (desatención contralateral), lo que puede perjudicar muchas habilidades de autocuidado, como vestirse y lavarse. El daño en el lado derecho también puede provocar dificultades para hacer cosas (apraxia constructiva), negación de los déficits (anosagnosia) y capacidad de dibujo.

¿Qué ocurre si tiene una lesión en el lóbulo frontal?

Los siguientes síntomas son específicos de las lesiones del lóbulo frontal: Ausencia del sentido del olfato, generalmente limitada a una fosa nasal. Deterioro del habla. Pérdida de la actividad motora en uno o ambos lados del cuerpo.

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¿Qué provoca un daño en el lóbulo frontal derecho?

Los daños en el lóbulo frontal parecen tener un impacto en el pensamiento divergente, o en la flexibilidad y la capacidad de resolver problemas. También hay pruebas que demuestran una interferencia persistente en la atención y la memoria incluso después de una buena recuperación de una LCT Uno de los efectos más comunes del daño frontal puede ser un cambio drástico en el comportamiento social.

Daños en el lóbulo frontal

Los lóbulos parietales pueden dividirse en dos regiones funcionales. Una tiene que ver con la sensación y la percepción y la otra con la integración de la información sensorial, principalmente con el sistema visual. La primera función integra la información sensorial para formar una percepción única (cognición). La segunda función construye un sistema de coordenadas espaciales para representar el mundo que nos rodea. Los individuos con daños en los lóbulos parietales suelen mostrar déficits llamativos, como anomalías en la imagen corporal y las relaciones espaciales (Kandel, Schwartz y Jessel, 1991).

Los daños en el lóbulo parietal izquierdo pueden dar lugar al llamado “síndrome de Gerstmann”. Incluye confusión derecha-izquierda, dificultad para escribir (agrafia) y dificultad para las matemáticas (acalculia). También puede producir trastornos del lenguaje (afasia) y la incapacidad de percibir objetos con normalidad (agnosia).

Los daños en el lóbulo parietal derecho pueden dar lugar a la desatención de una parte del cuerpo o del espacio (desatención contralateral), lo que puede perjudicar muchas habilidades de autocuidado, como vestirse y lavarse. Los daños en el lado derecho también pueden provocar dificultades para hacer cosas (apraxia constructiva), negación de los déficits (anosagnosia) y capacidad de dibujo.

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Lóbulos temporal y parietal

Los daños en una zona concreta pueden afectar a esa actividad. Un ictus suele afectar a una zona concreta del cerebro, mientras que un traumatismo craneal debido, por ejemplo, a un accidente de tráfico, suele implicar un daño más general.

También sabemos que el lado izquierdo del cerebro controla el lado derecho del cuerpo. Por lo tanto, si alguien sufre un accidente cerebrovascular que afecta al lado izquierdo del cerebro, es probable que el lado derecho de su cuerpo se vea afectado.

La parte más grande del cerebro se conoce como corteza cerebral y tiene la forma de una gran nuez arrugada. Está dividida en dos mitades y unida por un puente en el centro, denominado cuerpo calloso. Las dos mitades se conocen como hemisferios cerebrales derecho e izquierdo. El hemisferio derecho controla el lado izquierdo de nuestro cuerpo y el izquierdo el derecho.

Los daños en el lado derecho pueden afectar al movimiento del brazo y la pierna izquierdos o a la audición del oído izquierdo. También hay pruebas de que, para la mayoría de las personas, el hemisferio izquierdo contiene los centros del lenguaje que implican el habla, mientras que el hemisferio derecho tiende a controlar las habilidades no lingüísticas y espaciales, como el dibujo o la capacidad musical.

Lóbulo temporal

Un tumor cerebral es un crecimiento anormal de células dentro del cerebro o del cráneo; algunos son benignos, otros malignos. Los tumores pueden crecer a partir del propio tejido cerebral (primario), o el cáncer de otra parte del cuerpo puede extenderse al cerebro (metástasis). Opciones de tratamiento

Figura 1. Los tumores cerebrales pueden crecer a partir de los nervios (neuroma), la duramadre (meningioma) o la hipófisis (craneofaringioma o adenoma hipofisario). También pueden crecer en el propio tejido cerebral (glioma). A medida que crecen, pueden comprimir el tejido normal y provocar síntomas.

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Entre el 10% y el 30% de los pacientes con cáncer. La gente sobrevive al cáncer más tiempo que nunca. Por ello, es probable que los tumores cerebrales metastásicos aumenten en los próximos años. Aunque los tumores cerebrales pueden aparecer en

Figura 3. Resonancia magnética de un tumor cerebral benigno y maligno. Los tumores benignos tienen bordes bien definidos y son más fáciles de extirpar quirúrgicamente. Los tumores malignos tienen un borde irregular que invade el tejido normal con proyecciones en forma de dedo, lo que dificulta la extirpación quirúrgica.

La cirugía es el tratamiento de elección para los tumores cerebrales a los que se puede llegar sin causar lesiones importantes en partes vitales del cerebro. La cirugía puede ayudar a afinar el diagnóstico, extirpar la mayor parte posible del tumor y liberar la presión dentro del cráneo. Un neurocirujano realiza una craneotomía para abrir el cráneo y extirpar el tumor (Fig. 5). A veces,

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