Disfunción termorreguladora lesión medular
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Una buena nutrición es esencial para la salud y el bienestar general. Después de una lesión medular (LME), una serie de componentes de su dieta adquieren una importancia especial. Su dieta es una fuente importante de nutrientes que ayudan a curar las úlceras por presión, a mantener la salud de los huesos y a mantener un programa intestinal regular. Su dieta también puede ayudar a prevenir algunos problemas comunes que suelen surgir después de una LME, como el estreñimiento y el aumento de peso.
Nos encanta la comida y la bebida por sus sabores y efectos, y la sensación de satisfacción después de una buena comida. Sin embargo, la dieta también desempeña un papel esencial y cotidiano para nuestra salud. Los alimentos y los líquidos se descomponen en el cuerpo en energía y nutrientes (componentes básicos como el calcio o las proteínas), o se almacenan en forma de grasa para mantenernos calientes o proteger los órganos vitales. La cantidad de energía que el cuerpo necesita está relacionada con la cantidad de energía quemada, principalmente por los músculos.
Algunos alimentos y líquidos también desempeñan un papel importante para ayudar a mantener otros procesos corporales. La fibra ayuda a desplazar los residuos alimenticios descompuestos por nuestro intestino delgado y grueso hasta su eliminación. El agua se absorbe de los alimentos o los líquidos y se utiliza en todo el cuerpo para lubricar, gestionar el equilibrio de líquidos y la temperatura corporal, y mantener el movimiento intestinal regular.
Lesión medular de alta temperatura
Los niños y adultos con parálisis crónica encuentran una nueva esperanza a través de la terapia restauradora basada en la actividad en el Centro Internacional para la Lesión Medular (ICSCI) del Instituto Kennedy Krieger. Permítanos ayudarle a recuperar algunas sensaciones, funciones, movilidad e independencia meses -o años- después de su diagnóstico
Su tratamiento se basa en un intenso programa de terapia restauradora basada en la actividad (ABRT) con supervisión médica. Dependiendo de su lesión y de su progreso, puede asistir a la terapia durante varias horas al día, entre dos y cinco días a la semana.
Nuestro equipo de médicos, trabajadores sociales, psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y especialistas en médula espinal trabajan juntos para ayudarle a alcanzar su máximo potencial después de la lesión. Cada persona y cada lesión y disfunción de la médula espinal es diferente; nuestro objetivo es ayudarle a conseguir el mejor resultado terapéutico o resultado posible para usted. Algunos pacientes pueden aumentar su masa muscular, mejorar su salud cardiovascular o estar más sanos en general.
Fisiopatología de la lesión medular
ResumenLa lesión de la médula espinal (LME) implica diversas respuestas a la lesión en diferentes tipos de células de una manera temporal y espacialmente específica. Aquí, utilizando análisis transcriptómicos de una sola célula combinados con análisis anatómicos, conductuales y electrofisiológicos clásicos, informamos, con resolución de una sola célula, de los cambios moleculares y celulares temporales en la médula espinal de ratones adultos lesionados por aplastamiento. Los datos revelaron cambios patológicos de 12 tipos de células principales diferentes, tres de las cuales se infiltraron en la médula espinal en distintos momentos después de la lesión. Descubrimos nuevos subtipos de microglía y astrocitos en la médula espinal no lesionada, y sus conversiones dinámicas en subtipos/estados adicionales específicos de cada etapa. La mayoría de los cambios dinámicos se producen a los 3 días después de la lesión y, en el día 14, aparece la segunda ola de activación microglial, acompañada de cambios en varios tipos de células, incluidas las neuronas, que indican la segunda ronda de ataques. En el día 38, los principales tipos de células siguen desviándose sustancialmente de los estados no lesionados, lo que demuestra la existencia de alteraciones prolongadas. Este estudio proporciona un mapa exhaustivo de los cambios patológicos celulares/moleculares a lo largo del eje temporal tras la LME, lo que puede facilitar el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas, incluidas las dirigidas a la microglía.
Lesión medular piernas frías
La lesión de la médula espinal (LME) se refiere a la lesión de la médula espinal o de la cauda equina causada por la fractura o la dislocación de las vértebras, con o sin una vía abierta. Aproximadamente el 14% de las víctimas de fracturas vertebrales sufren una LME. Las lesiones medulares suelen producirse en personas de entre 30 y 40 años de edad. En los últimos años, la tasa de mortalidad de las lesiones de la columna vertebral y de las LME se ha reducido del 4,42% al 0,44% debido a los avances en los primeros auxilios prehospitalarios, los tratamientos en la fase aguda y las técnicas de enfermería, lo que ha permitido mejorar la calidad de vida de los pacientes, y la mayoría de ellos muestran ahora sólo una pequeña diferencia en la duración de la vida en comparación con la gente común. En China hay más de un millón de pacientes con lesiones de la columna vertebral y LME, y el número sigue creciendo con 120.000 casos al año.1-6
Restaurar la función en personas con LME es una de las tareas más difíciles en la práctica clínica. Recientemente, las estrategias neurorrestauradoras se han trasladado a la práctica clínica, y los pacientes se han beneficiado y su calidad de vida ha mejorado.7 La siguiente guía clínica neurorrestauradora se centra en los métodos terapéuticos que pueden utilizarse en la fase aguda, subaguda y crónica. Este documento se basa en la información científica y profesional disponible antes de mayo de 2016, que tiene que ver con los últimos avances clínicos y las evidencias razonables disponibles para la eficacia de los tratamientos de la LME.