Lesion primer metatarsiano pie por estrés en niños

Fractura del 1er metatarsiano niño

Ficha técnica de la fractura del pieFractura del pieUna fractura es una rotura de un hueso. Su hijo se ha roto uno o varios de los huesos metatarsianos, que son los que se encuentran entre los tobillos y los dedos del pie. Los metatarsianos ayudan a mantener el equilibrio al estar de pie y caminar.

En la mayoría de los casos, este tipo de fracturas son de naturaleza menor y pueden tratarse llevando un par de zapatos de ajuste firme. En ocasiones, si la fractura se ha desplazado ligeramente, se utilizará una bota para caminar o una escayola para movilizar el miembro afectado.

Una fractura de metatarsiano suele tardar de tres a cuatro semanas en curarse hasta alcanzar una fuerza suficiente para realizar actividades normales. Sin embargo, en esta fase la curación del hueso aún no ha alcanzado la fuerza total, por lo que las actividades deportivas deben limitarse a deportes que no impliquen peso, como la natación. Su hijo no debe volver a practicar deportes de contacto hasta cuatro o seis semanas después de la lesión para reducir la posibilidad de una nueva fractura.

En la mayoría de los casos, no es necesario hacer un seguimiento ni radiografías de las fracturas metatarsianas. Algunas fracturas desplazadas (cuando el hueso se rompe y se desplaza fuera de la alineación) pueden requerir una revisión en una clínica de fracturas en siete o diez días, pero la mayoría no requieren seguimiento a menos que los problemas persistan después de tres o cuatro semanas. En este caso, basta con una revisión por parte de su médico de cabecera.

Tratamiento de la fractura metatarsal pediátrica

Las fracturas por estrés suelen producirse por la repetición del mismo movimiento una y otra vez (como cuando alguien entrena para practicar un deporte). También pueden producirse por actividades cotidianas en personas cuyos huesos son débiles debido a una mala alimentación o a una afección médica.

Para diagnosticar una fractura por estrés, el médico pregunta primero por el estado de salud general y las actividades que realiza (como el deporte). A continuación, realizará un examen para comprobar si hay sensibilidad, hinchazón o enrojecimiento. Por lo general, se realizan radiografías.

Pregunte al médico si su hijo puede hacer ejercicio en una parte del cuerpo que no tenga la fractura por estrés. Por ejemplo, si su hija tiene una fractura por estrés en el pie, puede hacer ejercicios con los brazos y los hombros. Esto puede ayudar a los niños a mantenerse activos durante la curación.

Fractura pediátrica del 5º metatarsiano

Las fracturas por estrés son pequeñas grietas o lesiones en un hueso causadas por una actividad repetitiva, como saltar o correr. A menudo denominadas “lesiones por uso excesivo”, las fracturas por estrés tienden a producirse en la unión de huesos, músculos y tendones, y son frecuentes en el pie y el tobillo.

El esfuerzo físico es importante para que los tejidos musculoesqueléticos crezcan y se desarrollen. Los niños y los adultos se ponen en forma adaptándose a las tensiones graduadas. Sin embargo, las lesiones por uso excesivo están causadas por un estrés repetido -a veces llamado microtraumatismos- que supera la capacidad del cuerpo para adaptarse y repararse.

La fuerza repetitiva sobre los huesos, las articulaciones y los tendones puede provocar reacciones de estrés como dolor e hinchazón. Este estrés puede disminuir la salud del hueso. Si el cuerpo no tiene tiempo para descansar y recuperarse de estas reacciones de estrés, las lesiones por estrés en los huesos suelen empeorar, creando grietas o fracturas en los mismos. Los huesos de los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a las fracturas por estrés porque sus huesos aún están creciendo.

Las fracturas por estrés óseo o las lesiones por estrés óseo pueden estar causadas por el aumento inicial de la actividad o por la actividad repetitiva en un atleta de élite durante todo el año. Este tipo de lesiones son más frecuentes en los niños pequeños, ya que los deportes de competición aumentan sus exigencias de entrenamiento y muchos atletas jóvenes compiten todo el año.

Fractura del pie del niño

Las lesiones del tobillo y del pie se encuentran entre las más comunes en el atleta pediátrico. Estas lesiones pueden suponer hasta el 30% de las visitas a las clínicas de medicina deportiva en esta población (1). Se ha informado de que cada año se producen más de 4,5 millones de lesiones relacionadas con el deporte en los Estados Unidos, con aproximadamente 45 millones de niños de entre 6 y 18 años que participan en al menos un deporte organizado (2,3). A medida que aumenta el número de atletas pediátricos y el subconjunto que se especializa en un deporte, se espera un aumento concomitante de las lesiones pediátricas de tobillo y pie (4). El complejo del tobillo y el pie es una estructura llena de matices que requiere la interacción de estructuras óseas, ligamentosas y musculares. Este complejo compone la base fundamental para la actividad. En el caso de los atletas pediátricos, esta estructura se está desarrollando y cambiando, y esta diferencia se manifiesta en una amplia gama de condiciones que incluyen lesiones ligamentosas, inestabilidades, lesiones fisiológicas y óseas que pueden diferir de la población adulta. El objetivo de este capítulo es revisar las lesiones pediátricas comunes del tobillo y el pie, y detallar las prácticas actuales en cuanto a su prevención, diagnóstico y tratamiento.

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