Radiología de clasificación de lesiones de menisco
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Una entrenadora personal de 22 años se presenta con dolor y sensación de inestabilidad en su rodilla izquierda tras una caída. La exploración física muestra un derrame y una amplitud de movimiento dolorosa de 0 a 110 grados. Sus imágenes se muestran en las Figuras A-D. ¿Cuál es el mejor paso siguiente en el tratamiento?
Un paciente de 26 años se presenta con dolor de rodilla asociado a un enganche y bloqueo varias semanas después de jugar al rugby. Las figuras A y B muestran la RMN de la rodilla del paciente. El paciente opta por someterse a una reparación quirúrgica del menisco. Se realiza una técnica de adentro hacia afuera. ¿Cuál es el intervalo de abordaje y la estructura neurovascular de mayor riesgo?
Un hombre de 35 años acude a su clínica con dolor en la rodilla derecha tras sufrir una lesión por torsión mientras jugaba al baloncesto hace 3 semanas. Es capaz de caminar pero ahora experimenta un fuerte dolor en la rodilla y una flexión limitada. Las figuras 1 y 2 son cortes representativos de la RMN de su rodilla derecha. El paciente se somete al tratamiento quirúrgico adecuado. ¿Cuál de los siguientes es un indicador de pronóstico positivo para su resultado tras la cirugía?
Lesión de menisco
Tanto el menisco lateral como el medial son estructuras de tejido blando y gomoso de la rodilla que actúan como amortiguadores de la pierna, la rodilla y la cadera. Los meniscos son almohadillas en forma de C situadas en la parte exterior (lateral) e interior (medial) de la rodilla. El tejido de los meniscos está formado por una almohadilla de fibrocartílago similar a la goma. Esta almohadilla se asienta sobre el hueso de la tibia (con forma de meseta) y forma una superficie cóncava para que los extremos redondeados del hueso del fémur (cóndilos femorales) se apoyen en ella. Esta almohadilla de tejido actúa como una ventosa para mantener unidos los huesos de la tibia y el fémur en la articulación.
Los meniscos lateral y medial cubren la superficie del hueso de la tibia y son más gruesos en el exterior y más finos en el interior, por lo que parecen triangulares en sección transversal (desde la parte delantera o trasera). Ambos meniscos rellenan el espacio entre los huesos de la pierna y amortiguan el fémur para que no se deslice ni roce con la tibia.
El cuerno posterior del menisco se refiere al tercio del menisco que se encuentra en la parte posterior de la rodilla. La porción posterior del menisco medial es también la más gruesa y se sabe que absorbe la mayor fuerza. Debido a su mayor grosor y capacidad de carga, el cuerno posterior del menisco medial es la parte más importante del menisco, ya que proporciona la mayor parte de la estabilidad y funcionalidad de la rodilla.1
Menisco medial
El menisco medial tiene forma de “C”, mientras que el lateral es un círculo incompleto más corto con “cuernos” más cercanos. El menisco medial se rompe con más frecuencia, en parte debido a esta forma diferente, pero también por su unión al ligamento colateral medial, mientras que el lateral se aparta de la compresión entre el fémur y la tibia por el politeus. Las ramas superior e inferior de las arterias geniculadas medial y lateral irrigan el tercio periférico de los meniscos a través del plexo capilar perimeniscal.3,4
Las roturas de menisco se producen debido a una fuerza de cizallamiento entre el fémur y la tibia. En los pacientes más jóvenes, suele tratarse de una fuerza de torsión en una rodilla flexionada con carga de peso. A menudo se trata de “desgarros en asa de cubo”, en los que hay un desgarro vertical u oblicuo en el cuerno posterior que se dirige hacia el cuerno anterior,5 formando una sección suelta que permanece unida anterior y posteriormente.1 En los pacientes de mayor edad, los desgarros se deben generalmente a la degeneración asociada al envejecimiento y tienden a ser desgarros horizontales. La diferencia en el tipo de desgarro entre estas poblaciones se explica por la estructura fibrosa tridimensional del menisco: la deslaminación horizontal se produce en las lesiones degenerativas, mientras que la estructura fibrosa se rompe de forma vertical en los pacientes más jóvenes. La incidencia de la rotura de menisco puede llegar a ser de seis por cada 1000 habitantes6 , con un predominio masculino de 2,5 a 4 veces. La edad de la lesión alcanza su punto máximo entre los 20 y los 29 años.7 La meniscectomía parcial (extirpación de la sección desgarrada) es uno de los procedimientos quirúrgicos ortopédicos más realizados.8
Desgarro de la raíz del menisco
El menisco medial y el menisco lateral son estructuras especializadas dentro de la rodilla. Estos amortiguadores en forma de media luna entre la tibia y el fémur desempeñan un papel importante en la función y la salud de la rodilla. Antes se pensaba que eran poco útiles, y los meniscos (en plural) se extirpaban de forma rutinaria cuando se rompían. Ahora sabemos que los meniscos contribuyen a la salud de la rodilla porque desempeñan un papel importante en la estabilidad de la articulación, la transmisión de la fuerza y la lubricación. Cuando es posible, se reparan si se lesionan. Incluso hay intentos experimentales de sustituir un menisco dañado, lo que posiblemente sea un avance importante en la medicina ortopédica.
Los dos meniscos de la rodilla son cuñas en forma de media luna que rellenan el hueco entre la tibia y el fémur. Los meniscos proporcionan estabilidad a la articulación creando una copa en la que se asienta el fémur. Los bordes exteriores son bastante gruesos, mientras que las superficies interiores son finas. Si faltan los meniscos, el fémur curvado se movería sobre la tibia plana.
El menisco medial, situado en la parte interior de la rodilla, tiene más bien una forma de “C” alargada, ya que la superficie tibial es mayor en ese lado. El menisco medial se lesiona con más frecuencia porque está firmemente unido al ligamento colateral medial y a la cápsula articular. El menisco lateral, en la parte exterior de la rodilla, tiene una forma más circular. El menisco lateral es más móvil que el medial, ya que no está unido al ligamento colateral lateral ni a la cápsula articular.