Fijadores externos en la mano – Dr. Sudhir Warrier
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Jong Keon Oh.Derechos y permisosImpresiones y permisosAcerca de este artículoCite este artículoKim, J.G., Lim, H.C., Kim, H.J. et al. Detección tardía de la lesión del ligamento cruzado posterior clínicamente significativa después de la fractura peri-articular alrededor de la rodilla de 448 pacientes.
Arch Orthop Trauma Surg 132, 1741-1746 (2012). https://doi.org/10.1007/s00402-012-1605-5Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
Hinchazón , edema, derrame en la articulación de la rodilla (hindi ) घुटने में पानी
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* Dirigir la correspondencia a este autor al Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Hospital Costa del Sol, Universidad de Málaga, 29603 Marbella, Málaga, España; Tel: +0034 617 444 939;
Las fracturas periarticulares alrededor de la rodilla son un reto para el cirujano ortopédico. Cuando estas fracturas se presentan en el contexto de un paciente politraumatizado, son aún más difíciles de manejar porque el enfoque del tratamiento depende no sólo de la fractura en sí, sino también del estado general del paciente. Estas fracturas, causadas por traumatismos de alta energía, presentan patrones de fractura complejos con conminución severa y gran pérdida de congruencia articular, y a menudo se asocian con complicaciones vasculares y nerviosas, especialmente en la tibia proximal, debido a sus características anatómicas con escasa cobertura miocutánea. Casi siempre se acompañan de lesiones de las partes blandas.
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ResumenEl objetivo de este estudio prospectivo fue determinar la incidencia de lesiones meniscales y del ligamento cruzado en las fracturas operatorias de la meseta tibial detectadas mediante artroscopia de rodilla, e identificar los predictores radiológicos observados en las imágenes de TC. De enero de 2016 a febrero de 2017, un total de 102 fracturas cerradas de meseta tibial se inscribieron en este protocolo prospectivo. Cada paciente se sometió a un examen artroscópico después de la fijación interna de la meseta tibial. Se utilizó un análisis univariado y una regresión logística multivariable para evaluar la asociación entre los parámetros de imagen y las lesiones de los tejidos blandos. Los meniscos sufrieron lesiones traumáticas en el 52,9% de los sujetos (54 de 102) y los ligamentos cruzados en el 22,5% (23 de 102). Se observaron tasas de lesión significativamente más altas para los desgarros de menisco lateral en las fracturas de tipo VI de Schatzker (P = 0,04). Se observó un mayor riesgo de lesión del menisco lateral en los pacientes con >6,3 mm de depresión articular lateral. Mayor riesgo de lesión del LCA cuando la depresión articular lateral volumétrica era ≤209,5 mm2 y/o con >5,7 mm de ensanchamiento articular lateral. Las lesiones meniscales y ligamentosas asociadas se observaron con frecuencia entre las fracturas operatorias de la meseta tibial. Las mediciones preoperatorias con TC podrían ayudar a predecir un mayor riesgo de lesiones de menisco y LCA, proporcionando orientación al cirujano para que busque y esté preparado para tratar dichas lesiones.
Quistes ganglionares alrededor de la rodilla – Dr. Nabil Ebraheim
Las lesiones de rodilla, como la rotura del ligamento cruzado anterior y la lesión de menisco, son comunes y las sufren con mayor frecuencia los individuos jóvenes y activos. Las lesiones de rodilla conducen a la osteoartritis postraumática (PTOA) en el 25-50% de los pacientes. Históricamente se creía que los procesos mecánicos eran los causantes de la degradación del cartílago en los pacientes con PTOA. Pero cada vez hay más pruebas que sugieren que la inflamación desempeña un papel clave en el desarrollo de la PTOA. La inflamación en la PTOA podría verse agravada por la hemartrosis que se produce con frecuencia en las rodillas lesionadas. Mientras que los síntomas mecánicos (inestabilidad de la articulación y bloqueo de la rodilla) pueden tratarse con éxito mediante la cirugía, sigue habiendo una necesidad insatisfecha de terapias antiinflamatorias que eviten la progresión de la PTOA. Para desarrollar terapias antiinflamatorias para la PTOA, es necesario conocer mejor los mecanismos fisiopatológicos exactos y el curso exacto de la inflamación postraumática para determinar los posibles objetivos y el calendario de las futuras terapias.
Sufrir una lesión en la rodilla es un factor de riesgo conocido para el desarrollo de la osteoartritis (OA) y un traumatismo importante [como la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA)] conduce a la osteoartritis postraumática (PTOA) en el 25-50% de los pacientes. Mientras que los pacientes con OA primaria (de etiología desconocida) suelen ser de mayor edad, la incidencia de las lesiones de rodilla y la PTOA secundaria es especialmente alta en la población más joven debido a la mayor incidencia de las lesiones de rodilla en los pacientes más jóvenes (1-3). Las lesiones de rodilla provocan una reducción de la movilidad y la salud física, una pérdida de vitalidad y una disminución de la calidad de vida (1-3). Esto es más acusado en los pacientes que desarrollan una PTOA (4). La carga económica de las lesiones de rodilla y el desarrollo de la PTOA es considerable (5, 6). Los costes atribuibles a las lesiones de rodilla y a la PTOA están relacionados tanto con los costes directos, como el tratamiento médico y la rehabilitación, como con los costes indirectos, como las pérdidas relacionadas con el trabajo (7-9). Estas pérdidas pueden ser considerables en los pacientes más jóvenes. El tratamiento actual de las lesiones de rodilla está dirigido a aliviar el dolor y los síntomas con un tratamiento no quirúrgico o, cuando es necesario, con una reparación quirúrgica. Aunque la reparación quirúrgica puede aumentar el nivel de actividad, la incidencia de la PTOA no se reduce con la cirugía (10-14). La PTOA representa aproximadamente el 12% de los pacientes sintomáticos con OA.