Ejemplos de lesiones abiertas de tejidos blandos
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Las lesiones de los tejidos blandos (LTS) se producen cuando se produce un traumatismo o un uso excesivo de los músculos, los tendones o los ligamentos. La mayoría de las lesiones de los tejidos blandos son el resultado de un movimiento repentino, inesperado o incontrolado, como por ejemplo pisar torpemente un bordillo y rodar sobre el tobillo. Estas son lesiones que nuestros fisioterapeutas ven todos los días en nuestras clínicas de fisioterapia y lesiones deportivas de Edimburgo. Sin embargo, los daños en los tejidos blandos también pueden producirse por el uso excesivo o la fatiga crónica de las estructuras, especialmente los músculos y los tendones. Por ejemplo, si usted hace una carrera larga cuando ya está fatigado (por una carrera o un ejercicio anterior), entonces es posible causar un traumatismo o una tensión en las estructuras musculoesqueléticas clave de la carrera, como los músculos de la pantorrilla o los tendones de Aquiles: “Cómo prevenir las lesiones al correr”.
Los tendones son bandas fibrosas que unen los músculos al hueso. Un traumatismo en los músculos o tendones debido a un sobreestiramiento se denomina “distensión”. Los ligamentos también son bandas fibrosas que mantienen unidos los huesos. Un traumatismo por sobreestiramiento de los ligamentos se denomina “esguince”. Tanto las distensiones como los esguinces son muy comunes y pueden producirse por accidentes deportivos, domésticos o laborales.
Síntomas de lesiones en los tejidos blandos
Las lesiones traumáticas de los tejidos blandos de la cabeza y el cuello son un problema común con el que se encuentran los otorrinolaringólogos. Tanto si estos pacientes se presentan de forma aguda como después de un retraso, es importante seguir unos principios específicos y un enfoque sistemático para la evaluación y la reparación. Un resultado óptimo requiere una combinación de conocimientos técnicos y la capacidad de ganarse la confianza de los pacientes y las familias afectadas física y psicológicamente por las lesiones traumáticas. El objetivo final del tratamiento debe ser una reparación que sea aceptable tanto para el paciente como para el médico y que se aproxime lo más posible al aspecto y la función anteriores a la lesión. Para algunos pacientes, la reparación de sus lesiones es un acontecimiento único; para otros, es un proceso que requiere paciencia, previsión y una excelente relación. Los traumatismos faciales suelen producirse en el contexto de otras lesiones potencialmente más graves y, por tanto, son propensos a la negligencia benigna, lo que exige la vigilancia del médico tratante para garantizar que cada paciente sea tratado adecuadamente.
Lesiones de tejidos blandos – herida abierta
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Las lesiones de los tejidos blandos son traumas en la piel, los músculos, los tendones o los ligamentos del cuerpo. No se trata de fracturas, que serían lesiones de tejidos duros (óseos), ni de lesiones de órganos internos (cerebro, corazón, estómago, intestinos, etc.).
Los mecanismos de lesión (MOI) pueden ser un traumatismo agudo (fuerza externa aplicada al cuerpo) o una lesión por uso excesivo, que puede ser por actividad física, como en el ámbito deportivo o industrial. Los traumatismos agudos son siempre de aparición repentina, pero las lesiones por sobreuso se producen durante el uso repetitivo. Aunque las lesiones por uso excesivo no se producen por fuerza directa, seguimos considerándolas una forma de traumatismo repetitivo y no una enfermedad.
Las lesiones más comunes de los tejidos blandos provocadas por un traumatismo agudo son las laceraciones, las avulsiones, las abrasiones y las contusiones. Las laceraciones, avulsiones y abrasiones son formas de lesiones abiertas de los tejidos blandos, en las que el tejido se ha separado y provoca una pérdida de sangre y heridas abiertas que pueden infectarse. La hemorragia puede ser lo suficientemente grave como para provocar un shock. Las laceraciones y avulsiones suelen requerir suturas para curarse correctamente, sin dejar cicatrices.
Cuál es el mejor tratamiento para una lesión de tejidos blandos
El plasma frío es una mezcla de muchos componentes: portadores de carga (iones, electrones), radicales libres y sustancias activas, campos electromagnéticos, temperatura, luz visible y rayos ultravioleta. El efecto sinérgico de estos componentes da lugar a una gran variedad de aplicaciones del plasma.1-3 El plasma se ha utilizado en medicina durante muchos años; se emplea en la esterilización de superficies de materiales implantados, en la esterilización de instrumentos médicos y en el tratamiento de heridas.4,5 Las aplicaciones de esterilización del plasma frío incluyen: i) la eliminación rápida de bacterias, incluidas las bacterias multirresistentes; ii) la eliminación de hongos; y iii) la inhibición del crecimiento de virus.6
Cuando el plasma frío se aplica al cuerpo humano durante el tratamiento de heridas, no afecta al contenido de agua de la piel, ni causa irritación, ni cambia el estrato córneo, y es seguro para las membranas mucosas.7,8 En términos de eficacia, el plasma frío ha demostrado efectos significativos en tratamientos dermatológicos como el tratamiento del acné, las infecciones por hongos y la psoriasis.9,10