Cómo vendar una lesión inguinal
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Una lesión inguinal puede ocurrirle a cualquiera, pero es más frecuente en los deportistas, y en particular en los que juegan al fútbol, al fútbol americano o al hockey.1 La lesión se produce cuando los músculos de la zona inguinal se contraen demasiado repentinamente, provocando un doloroso estiramiento o desgarro en el tejido muscular.2 ¿Cómo saber si se tiene una lesión inguinal?
Antes de autodiagnosticarse, especialmente si nunca ha tenido una distensión inguinal, acuda a un profesional sanitario. Unos sencillos consejos de cuidados en casa pueden ayudar a acelerar la recuperación y reducir el riesgo de dolor a largo plazo.3
Cuanto más rápido se recupere, menos tiempo pasará con dolor. Una recuperación más rápida también significa volver a sus actividades habituales más rápidamente, por lo que merece la pena que se informe sobre la recuperación de una distensión inguinal. Habla con tu médico antes de iniciar cualquier tratamiento y asegúrate de que no tienes ninguna otra lesión asociada que también deba tratarse. Algunas de las formas en que puedes ayudar a acelerar tu recuperación son3:
Game Ready. Este sistema combina la terapia de frío y la compresión activa en una única unidad fácil de usar que ayuda a tu recuperación para que puedas volver a jugar más rápido. Pregunta a tu entrenador o fisioterapeuta si tienen acceso a Game Ready, o busca un proveedor cerca de ti hoy mismo.
Ejercicios de tracción inguinal
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Un tirón inguinal es una lesión de los músculos de la cara interna del muslo, también conocida como distensión muscular inguinal. Los músculos de la ingle, llamados grupo muscular aductor, están formados por seis músculos que van desde la parte interna de la pelvis hasta la parte interna del fémur (hueso del muslo).
Los tirones inguinales graves deben ser vistos por un profesional sanitario porque el músculo puede haberse roto o estar a punto de romperse. En estos casos, será necesario intervenir quirúrgicamente para volver a unir los extremos desgarrados del músculo.
Los deportistas que juegan al hockey sobre hielo y al fútbol suelen sufrir tirones en la ingle porque tienen que cambiar rápidamente de dirección, a menudo con las piernas en posición abierta. Esto supone un esfuerzo excesivo para los músculos aductores. Lo mismo puede ocurrir con las personas que juegan al baloncesto, al fútbol o al rugby.
Recuperación de la lesión inguinal
El tratamiento de las lesiones inguinales varía en función del tipo de lesión y de su gravedad. Dado que muchos atletas experimentan varias lesiones inguinales simultáneamente, también puede haber varios planes de tratamiento necesarios para tratarlas. Los siguientes son los posibles planes de tratamiento para las lesiones inguinales de los deportistas:
Reposo. Muchas lesiones inguinales leves o moderadas se resuelven con reposo. Si el médico ha determinado que una lesión inguinal puede curarse por sí sola, se aconseja a los pacientes que se tomen el tiempo necesario para dejar de hacer deporte y dar tiempo a que el tejido afectado se cure. Incluso algunas lesiones más graves que requieren tratamiento adicional también requerirán un período de descanso inicial antes de que se pueda realizar la fisioterapia o la cirugía de forma segura.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y otros analgésicos. Los deportistas con una o varias lesiones inguinales suelen responder bien a los medicamentos de venta libre como el ibuprofeno (por ejemplo, Advil o Motrin), que alivian el dolor y reducen la inflamación en el lugar de la lesión. El paracetamol (Tylenol) también puede aliviar el dolor. Las lesiones graves pueden requerir analgésicos con receta.
Tratamiento de la distensión inguinal
Una lesión inguinal es una lesión común entre los atletas y las poblaciones activas. Afecta a los músculos aductores, que son los que se encuentran en la parte interna del muslo. Estos músculos pueden sufrir una distensión o un tirón a causa de movimientos bruscos, como saltar, cambiar rápidamente de dirección o dar patadas. Las lesiones inguinales no suelen ser graves, pero pueden convertirse en una lesión persistente que lleva a los atletas (y a los no atletas) un tiempo de recuperación.
Tras una distensión aguda, es necesario un periodo de reposo y de aplicación de hielo en la zona. Tras la lesión inicial, es necesario realizar ejercicios de fisioterapia o rehabilitación para trabajar en el estiramiento y el fortalecimiento de la ingle, la cadera y los músculos centrales para volver a las actividades y reducir los problemas recurrentes.
Si la lesión inguinal persiste durante unos días o semanas y sigue interfiriendo en las actividades diarias, programe una cita con un traumatólogo o médico deportivo. Un especialista trabajará para entender la causa y el alcance de su lesión. Juntos, crearán un plan de tratamiento que ayude a aliviar los síntomas.