Fractura por estrés en la espinilla
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Las fracturas metatarsianas representan entre el 5 y el 6 por ciento de las fracturas que se encuentran en la atención primaria.1,2 Van desde fracturas de fácil manejo hasta fracturas más complicadas que requieren una intervención quirúrgica. Con un conocimiento básico de las lesiones metatarsianas, los médicos de atención primaria pueden tratar determinadas fracturas metatarsianas e identificar a los pacientes que necesitan ser derivados. Esta discusión está organizada en tres regiones anatómicas -el eje metatarsiano, el quinto metatarsiano proximal y los metatarsianos primero a cuarto proximales- cada una de las cuales tiene consideraciones diagnósticas y terapéuticas únicas. La evaluación de cualquier sospecha de fractura debe incluir todos los pasos enumerados en la Tabla 1. Las indicaciones para la derivación se enumeran en la Tabla 2.
Recomendación clínicaCalificación de la evidenciaReferenciasLas fracturas de un solo metatarsiano con desplazamiento lateral o medial suelen curarse bien sin corrección y pueden tratarse como las fracturas no desplazadas.C3,4 Si hay más de 3 ó 4 mm de desplazamiento en dirección dorsal o plantar, o si la angulación dorsal/plantar supera los 10 grados, suele ser necesaria la reducción.C4,5 La mayoría de las fracturas de fuste de metatarsiano no desplazadas sólo requieren un vendaje elástico suave o un zapato firme y de apoyo, así como una carga progresiva. B3,4,6 Las fracturas por estrés de la diáfisis metatarsal suelen curarse bien sin inmovilización y suelen responder bien al cese de la actividad causante durante cuatro a ocho semanas.C8 Las fracturas por avulsión no desplazadas de la tuberosidad del quinto metatarsiano sólo requieren un tratamiento sintomático (vendaje elástico o suave seguido de un zapato firme cuando se tolere).B6,15,16 Las fracturas de la diáfisis proximal del quinto metatarsiano requieren un tratamiento más agresivo, como la fijación quirúrgica temprana o una escayola prolongada sin carga de peso. La fijación quirúrgica precoz reduce el tiempo de curación y el tiempo para volver a hacer deporte.B15,17-20
Metatarsal fracture deutsch
Las lesiones del pie constituyen una proporción nada despreciable de las lesiones deportivas, pero el tipo de frecuencia varía en función del deporte. Según el informe deportivo de 2018 de la Verwaltungs-Berufsgenossenschaft (VBG), el baloncesto supuso el 7,4 % de las lesiones del pie, el hockey sobre hielo el 5,6 %, el fútbol el 10,3 % y el balonmano el 4,3 % [20]. Las fracturas del metatarso son la entidad más común [3]. El primer metatarsiano es el menos fracturado, representando aproximadamente el 5 % de las fracturas metatarsianas, y el quinto metatarsiano es el más fracturado, representando aproximadamente el 56 %. Las fracturas se distribuyen uniformemente entre los demás metatarsianos [6]. Pueden producirse fracturas por estrés, así como fracturas traumáticas. Representan el 38% de las fracturas por estrés de la extremidad inferior. Las fracturas por estrés afectan sobre todo al segundo y tercer metatarsianos [6]. Independientemente de si se trata de una fractura aguda o de estrés, es esencial identificar lo antes posible la causa y los factores de riesgo contribuyentes. El tratamiento posterior debe tenerlos en cuenta.
Fractura de la bailarina
La fractura por estrés también se denomina fractura capilar y es una fractura del hueso causada por la tensión repetida. Como resultado de un traumatismo acumulado por cargas submáximas, como saltar y correr, se produce una fractura en lugar de un único impacto grave. En los atletas, las fracturas por estrés son lesiones por sobrecarga debido a su mecanismo.
Una pequeña fisura en el hueso se denomina fractura por estrés y es la más común entre nosotros como la fractura capilar. Se producen en los huesos que soportan peso, como los metatarsianos, los huesos naviculares y la tibia. El fémur, el sacro y la pelvis no soportan mucho estrés como los demás y están a salvo de las fracturas por estrés.
Por lo general, el dolor al soportar el peso aumenta cuando se realizan diversas actividades y ejercicios. Al descansar, el dolor disminuye, pero puede conducir a una lesión ósea más grave más adelante. La zona en la que hay una fisura en el hueso se hincha. La palpación y la percusión de los huesos producen síntomas.
Los huesos tratarán de repararse y remodelarse a sí mismos, especialmente cuando se aplica una tensión extraordinaria. Si se aplica más tensión a los huesos, existe la posibilidad de que los huesos se debiliten y agoten la capacidad de remodelación de los mismos. Esto no aparece de repente, sino que se produce por un traumatismo repetido y se desarrolla una condición en la que puede haber una rotura repentina.
Fractura del 5º metatarsiano
Las fracturas metatarsianas por estrés se producen debido a una combinación de factores. La mecánica del pie inestable, combinada con la actividad de carga repetitiva del antepié, son dos de los muchos factores que contribuyen a ello. El calzado apretado o los tacones altos también pueden provocar un aumento de la carga de trabajo y de la tensión en los huesos metatarsianos.
Las fracturas por estrés de los metatarsianos están causadas por un desequilibrio entre la formación y la reabsorción ósea (eliminación). Cuando un metatarsiano se somete a una carga o a un estrés, como por ejemplo durante el ejercicio de carga, responde aumentando su recambio óseo. Esto es necesario para que se mantenga a la altura de las exigencias que se le plantean.
Si se somete a un metatarsiano a un esfuerzo, algunas zonas del hueso pueden resultar dañadas. Estas zonas dañadas se reabsorben (se eliminan) y se sustituyen por hueso nuevo. Si la formación de hueso nuevo es más lenta que la reabsorción (eliminación) del hueso viejo, se producen puntos débiles en las zonas de tensión del metatarso. Una zona de debilidad en el hueso puede convertirse en una fractura por estrés si la zona débil del metatarsiano se somete a esfuerzos repetidos.